Obra nueva
Huevos de gallinas que pastorean a su antojo por el monte de Castelo de Alcobre.
David y Jorge tenían en común algo más que ser hermanos. A los dos les apasionaba la naturaleza y estaban enamorados de Castelo de Alcobre, la montañosa aldea de Vila de Cruces (Pontevedra), de donde son originales.
En Castelo de Alcobre estaban sus primeros recuerdos, las noches de su infancia reunidos al calor de la lareira mientras escuchaban las leyendas lugareñas. A sus tiernos ojos, esas historias convertían aquella pequeña aldea en un lugar mágico y bello. Hoy ya no son unos niños, sin embargo, David y Jorge siguen viendo la misma magia y belleza a su alrededor; es más, los dos hacen magia y realzan la belleza de su querida aldea. La magia podrás saborearla tu mismo al probar los huevos de sus gallinas, una raza gallega autóctona que apunto estuvo de extinguirse y con ella, el extraordinario sabor de sus huevos. ¿Por qué? Sencillamente porque otras razas (foráneas o modificadas genéticamente) ponían más huevos. Eran peores, pero eran más. Esa es una manera de ver las cosas. Afortunadamente, esa no es la perspectiva que comparten David y Jorge sobre la vida, la naturaleza y la aldea. Para los demás, la Gallina de Mos era poco ponedora. Para ellos, no había mejores huevos que los huevos de Gallina de Mos (Galiña de Mos). Por eso están entre quienes la salvaron de su desaparición y por eso construyen casitas de madera en una ladera del monte de Castelo de Alcobre para que sus gallinas campen a sus anchas arriba y abajo en un enclave privilegiado, coronado por los restos del Castelo de Alcobre y con unas excelentes vistas sobre el río Ulla. Era el momento de hacer que sus gallinas fueran tan felices y sanas como sea posible, dejándolas pastorear y comer a su antojo por el monte pero facilitándoles también una dieta rica en hierro y otros nutrientes que pudieran necesitar. A cambio, las gallinas ponen unos huevos camperos de toma pan y moja. Si quieres comprar huevos camperos online, no encontrarás mejores huevos que los de David y Jorge. Lo decimos por experiencia. Nos ha llevado mucho tiempo encontrarlos, pero merecía la pena. Y no solo por los huevos. También por la historia de David y Jorge, una historia de magia y belleza que puedes saborear.
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